¿Dolor pélvico? Estas pueden ser algunas de las afecciones que podrían estar ocasionándolo

11 Ene 2022

¿Dolor pélvico? Estas pueden ser algunas de las afecciones que podrían estar ocasionándolo

Son muchas las personas que viven con dolor pélvico que afecta a la parte más baja del abdomen, entre el ombligo y la ingle. El dolor puede ir de leve a intenso, y su intensidad puede fluctuar con el tiempo. 

A menudo se puede tratar el dolor pélvico leve en casa con una bolsa térmica, un baño caliente o medicamentos de venta libre como el ibuprofeno o paracetamol. 

El problema viene cuando existe un dolor pélvico prolongado, crónico y agudo, o un dolor pélvico aleatorio que puede ser debilitante. En estos casos, podría indicar una afección subyacente grave. 

Aunque el dolor pélvico puede sugerir la presencia de infecciones de transmisión sexual, endometriosis o varias otras afecciones, no siempre tiene una causa clara. De hecho, puede confundirse con diferentes tipos de dolor, como el que afecta a los intestinos o a la vejiga. 

Desde Ginefem, te contamos algunas causas comunes del dolor pélvico agudo y crónico.   

Enfermedad inflamatoria pélvica e infecciones de transmisión sexual 

La enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) puede provocar un dolor en la pelvis o en la parte inferior del abdomen que aparece de repente. Otros síntomas de la EPI son: 

  • Fiebre 
  • Dolor durante las relaciones sexuales 
  • Flujo o sangrado vaginal inusual 

Esta enfermedad suele estar causada por infecciones de transmisión sexual (ITS), como la gonorrea o la clamidia, que no han sido tratadas. La EPI también puede desarrollarse si las bacterias entran en el tracto reproductivo después de un aborto, un parto o durante el periodo menstrual, pero esto es poco común. 

Cuanto antes se trate la EPI con antibióticos de amplio espectro, mayor será la posibilidad de prevenir complicaciones, como la infertilidad y el dolor crónico. Estos antibióticos requieren la prescripción de un médico u otro clínico que los recete. 

Endometriosis 

La endometriosis es una enfermedad crónica que afecta al aparato reproductor y que puede dificultar el embarazo. Suele estar asociada al dolor pélvico. 

Esta afección no se puede curar. Sin embargo, existen tratamientos para mitigar el dolor, como: 

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno.
  • Terapia hormonal, incluidos los anticonceptivos orales para evitar la ovulación y reducir el flujo menstrual 

Embarazo ectópico 

Un embarazo ectópico se produce cuando un embrión se implanta y crece fuera del útero, a menudo en una trompa de falopio. Los síntomas más comunes son: 

  • Dolor intenso y calambres pélvicos, normalmente en un lado. 
  • Náuseas. 
  • Ausencia de la menstruación o sólo un ligero manchado. 
  • Sangrado vaginal. 
  • Mareos. 

Un embarazo ectópico es una emergencia médica y requiere ayuda médica inmediata, ya que puede causar una hemorragia potencialmente mortal si no se trata. Entre los tratamientos habituales  incluyen la medicación y/o la cirugía. 

Quistes ováricos 

Los quistes ováricos rotos son otro de los motivos que pueden acarrear dolor pélvico importante que suele producirse en un lado. El dolor puede ser agudo y ocurrir solo durante el coito vaginal. 

Aunque los quistes ováricos suelen ser inofensivos, la rotura de un quiste puede causar: 

  • Dolor pélvico repentino e intenso. 
  • Debilidad. 
  • Respiración rápida. 
  • Fiebre. 
  • Un quiste también puede provocar una torsión de ovario, que puede causar síntomas similares. 

Si sospechas que tienes un ovario roto, ponte en contacto con tu médico lo antes posible. El profesional puede recomendar que te hagas pruebas, como una ecografía, para ayudar a diagnosticar un quiste, además de ofrecerte orientación sobre las opciones de tratamiento. 

Infecciones del tracto urinario 

Las infecciones urinarias (ITU) pueden desarrollarse cuando las bacterias entran en el tracto urinario a través de la uretra y se multiplican en la vejiga. 

Junto con el dolor o la presión en la zona pélvica, una ITU también puede causar los siguientes síntomas: 

  • Una necesidad persistente de orinar 
  • Dificultad para orinar 
  • Sensación de ardor al orinar 
  • Sangre en la orina 

Aunque algunas infecciones urinarias pueden tratarse en casa, los antibióticos recetados suelen ser la primera línea de tratamiento. Una vez iniciado el tratamiento, el dolor pélvico y otros síntomas suelen desaparecer en pocos días. 

Fibromas uterinos 

Aunque los miomas uterinos no siempre causan dolor o síntomas notables, a veces pueden desencadenar: 

  • Molestias en la pelvis o en la parte baja de la espalda. 
  • Dolor durante las relaciones sexuales vaginales. 
  • Periodos menstruales abundantes con fuertes calambres. 
  • Presión o sensación de pesadez en la vejiga. 

Es posible que los miomas que no causan síntomas no necesiten tratamiento, pero si experimentas muchas molestias, tu médico podría recomendarte tratamientos como: 

  • Medicamentos, incluidos los antagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). 
  • Píldoras anticonceptivas o un DIU. 
  • Cirugía para extirpar los fibromas. 

Cáncer 

El dolor pélvico y de espalda persistente, junto con el sangrado y el flujo vaginal, también pueden ser signos tempranos de cánceres ginecológicos. 

Los cánceres ginecológicos incluyen: 

  • Cuello uterino 
  • Ovario 
  • Útero 
  • Vagina 
  • Vulva 

El cáncer ginecológico suele ser hereditario. Si tienes antecedentes familiares de cáncer, además de sangrados y flujos vaginales inusuales, lo mejor es que te pongas en contacto con tu médico lo antes posible para discutir las mejores opciones de tratamiento. 

Cómo tratarlo: 

  • Cirugía 
  • Radioterapia 
  • Inmunoterapia 
  • Quimioterapia 

Cuándo debes consultar a tu médico 

Muchas afecciones que provocan dolor pélvico pueden empeorar sin tratamiento. Por lo tanto, es esencial obtener atención médica para el dolor pélvico grave que no mejora a los pocos días, o tiene síntomas adicionales, como: 

  • Fiebre. 
  • Mareos o debilidad. 
  • Náuseas graves o crónicas. 
  • Sangrado o flujo vaginal anormal. 
  • Ardor intenso o crónico en la zona genital. 
  • Dolor intenso en un lado del abdomen. 

 

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