Durante el embarazo pueden surgir complicaciones como diabetes gestacional, preeclampsia o la placenta previa, entre otras, que pueden poner en riesgo la salud de la madre y del bebé. Por ello, es tan importante acudir a todas las revisiones del obstetra durante el periodo de gestación para poder realizar un buen seguimiento del embarazo.
En estas consultas periódicas se podrán identificar posibles problemas de salud de forma temprana para tomar las medidas necesarias que protejan la salud de la madre y del feto en desarrollo. En este artículo, la Dra. Alicia Rodríguez Zurita, ginecóloga y obstetra especializada en embarazos de alto riesgo en Ginefem, nos explica las enfermedades y complicaciones más frecuentes que se pueden desarrollar durante el embarazo.
1. Diabetes gestacional
La diabetes gestacional se produce cuando los niveles de azúcar en sangre son demasiado altos durante el embarazo. La mayoría de las veces, la afección se detecta cuando se realiza la prueba inicial de sobrecarga de glucosa conocida como test de O´Sullivan, en torno a las semanas 24-28 de embarazo, seguida, en caso de positividad, de un test confirmativo o diagnóstico.
La diabetes gestacional aumenta el riesgo de sufrir otras afecciones, como:
- Macrosomía: cuando el bebé es demasiado grande
- Preeclampsia: una afección marcada por un aumento súbito en la presión arterial de la mujer embarazada
- Cesárea
El tratamiento de la diabetes gestacional incluye control de los niveles de azúcar en sangre mediante una dieta saludable y ejercicio, y mediante medicamentos como la insulina, si los valores de azúcar en sangre siguen siendo altos.
2. Preeclampsia
La preeclampsia (PE) es el aumento de la presión arterial asociada a la aparición de proteína en la orina que se da después de las primeras 20 semanas de embarazo. La PE precoz es la que se inicia antes de la semana 34 de gestación, suele ser de mayor gravedad y se asocia a un mayor riesgo de complicaciones maternas y fetales, que requieren la finalización de la gestación antes del término. Otras veces, el síndrome es de inicio tardío, menos severo y conlleva a la inducción del parto, generalmente a término.
La evolución clínica de la preeclampsia es variable y puede causar desde síntomas leves como la hinchazón de manos y cara, a otros más graves como dolor abdominal, visión borrosa, mareos y dolores de cabeza. En algunos casos, la embarazada puede sufrir convulsiones, lo que se denomina eclampsia.
La preeclampsia no tiene tratamiento, únicamente la finalización del embarazo. No obstante, existe la forma de reducir su aparición mediante la toma de medicamentos como la aspirina en pacientes de alto riesgo determinado durante la ecografía de la semana 11-13+6.
3. Placenta previa
Esta afección se produce cuando la placenta cubre parte de la apertura del cuello uterino dentro del útero, lo que puede causar sangrado sin dolor durante el segundo y el tercer trimestre. Además, los problemas con la placenta pueden afectar la forma en que se produce el parto del bebé.
En los casos de placenta previa, el especialista puede recomendar reposo y si el sangrado es abundante y continúo puede ser necesaria la hospitalización.
4. Desprendimiento de la placenta
El desprendimiento de la placenta se produce cuando esta se separa de la pared uterina interna, lo que puede ocasionar sangrado, contracciones o sensibilidad uterina.
El tratamiento dependerá de la gravedad del desprendimiento, que puede ser leve, moderada o grave, y de lo avanzado que esté el embarazo. En los casos graves, cuando el feto no puede recibir el oxígeno y los nutrientes que necesita para sobrevivir, puede requerir un parto prematuro.
5. Hiperémesis gravídica
Las náuseas y vómitos son una situación clínica muy frecuente en el embarazo. Sin embargo, algunas mujeres embarazadas experimentan náuseas y vómitos graves y persistentes durante el embarazo que van más allá de las típicas “náuseas matinales”. Esta afección grave conlleva, si no se trata a tiempo, a un déficit nutricional y a la pérdida importante de peso. A menudo, esta afección desaparece en torno a la semana 20 de embarazo.
El especialista puede recetar medicamentos para ayudar a controlar las náuseas. En algunos casos, las mujeres con hiperémesis gravídica pueden requerir hospitalización para recibir los líquidos y nutrientes que necesitan mediante un catéter en una vena.
6. Anemia por deficiencia de hierro
Si estás embarazada, tienes más riesgo de padecer anemia por falta de hierro, un trastorno que se caracteriza por la falta de glóbulos rojos sanos que transporten la cantidad de oxígeno adecuado a los tejidos del cuerpo.
Durante el embarazo, es necesario duplicar la cantidad de hierro para fabricar más sangre y suministrar más oxígeno al bebé. Si no tienes suficientes reservas de hierro o no consumes suficiente hierro durante el embarazo, puedes padecer anemia por deficiencia de hierro.
Los síntomas de deficiencia de hierro incluyen fatiga, debilidad, palidez, mareos o aturdimiento, dificultad para respirar, dolor de cabeza, latidos del corazón irregulares, dolor en el pecho, además de manos y pies fríos.
La anemia grave durante el embarazo aumenta el riesgo de nacimiento prematuro, bajo peso del bebé al nacer y depresión posparto. En caso de padecer este tipo de anemia, el especialista podrá recomendarle suplementos de hierro.
7. Infecciones del tracto urinario
La infección del tracto urinario (ITU) es quizás la complicación médica que más frecuentemente aparece durante la gestación y que, además, puede tener una repercusión importante tanto para la madre como para la evolución del embarazo.
Desde el punto de vista clínico, puede presentarse tanto como infección sin síntomas o bien con síntomas tales como dolor o ardor cuando orinas, fiebre, cansancio, temblores, impulsos seguidos de orinar, presión en el vientre inferior, orina con fuerte olor, turbia o rojiza, náuseas o dolor de espalda. En estos casos, la embarazada debe hacerse un análisis de orina para confirmar o descartar una posible infección.
Además, dado que una infección sin síntomas puede derivar en una complicación grave, es recomendable realizar a todas las embarazadas un cultivo de orina en el primer trimestre para descartar la infección.
8. Hipotiroidismo
El embarazo influye de forma notable en la función de la glándula tiroidea. Un tiroides que funciona con normalidad y tiene un aporte de yodo adecuado se adapta a las nuevas necesidades aumentando la producción hormonal. En gestantes con una reserva tiroidea limitada previa o en caso de una dieta deficitaria en yodo, el embarazo puede dar lugar a la aparición de un hipotiroidismo.
Por tratarse de una enfermedad frecuente, y para la que se dispone de un tratamiento efectivo y sin de riesgos, se recomienda que se evalúe la función tiroidea a todas las mujeres embarazadas, realizando una analítica antes de la semana 10 de gestación.
Seguimiento de embarazo en Ginefem
En nuestra clínica Ginefem, situada en Santa Cruz de Tenerife, ofrecemos un servicio de Obstetricia, en el que atendemos a las mujeres durante el embarazo para controlar en todo momento la salud tanto de la madre como del bebé durante todo el periodo de gestación.
Nuestros obstetras realizan un seguimiento continuo del embarazo, con sus correspondientes consultas y pruebas. Estas revisiones periódicas son fundamentales para detectar de forma temprana posibles complicaciones que puedan surgir durante el embarazo, como las que hemos mencionado en este artículo.
En Ginefem contamos con tres ginecólogos y obstetras que se encargan de atender las consultas de seguimiento de embarazo. Por un lado, tenemos al Dr. Francisco Montes de Oca, quien es el director médico de Ginefem; la Dra. Hortensia García Robayna, la Dra. Alicia Rodríguez Zurita y el Dr. Alfonso Quesada. En los casos de embarazo de alto riesgo, el especialista indicado será la Dra. Rodríguez Zurita.
Si está embarazada, acuda cuanto antes al obstetra para comenzar el seguimiento de tu embarazo. Pida cita en Ginefem llamando al 922.241.598 o a través de nuestro formulario web.