
El cáncer ginecológico afecta a los órganos de reproducción femeninos y la mayoría de las mujeres pueden llegar a sufrirlo. La prevención es importante para mantener bajo control los posibles factores de riesgo y detectar de forma temprana lesiones precancerosas.
El cáncer de mama y el de cuello de útero son los dos más frecuentes en la mujer, pero con la realización de pruebas durante la revisión ginecológica, como la citología, se ha logrado prevenir su desarrollo y disminuir su incidencia.
Además, la aparición de vacunas preventivas, como la del Virus del Papiloma Humano (VPH), ha logrado reducir las probabilidades de sufrir un cáncer de cérvix.
Las acciones de prevención de los cánceres ginecológicos se dirigen a mujeres sanas y a aquellas con antecedentes familiares de este tipo de cáncer.
En Ginefem contamos con un equipo de ginecólogos especializado en la prevención, diagnóstico y tratamiento de todos los cáncer ginecológicos.
Recomendaciones para prevenir el cáncer ginecológico
Nuestros especialistas nos dan unos consejos para reducir el riesgo de desarrollar el cáncer ginecológico, aunque en muchas ocasiones viene determinado por los antecedentes familiares:
- Conocer los síntomas y el cuerpo para identificar con prontitud cualquier cambio o anomalía que se produzca.
- La paciente debe conocer sus antecedentes familiares para detectar factores de riesgo y mantenerlos bajo control.
- El cáncer de útero está directamente relacionado con el VPH, una enfermedad de transmisión sexual. Por ello las pacientes deben mantener relaciones sexuales seguras.
- Mantener un peso saludable, ya que el sobrepeso aumenta el riesgo de sufrir cáncer de endometrio o de útero.
- Seguir un estilo de vida equilibrado, con una alimentación sana y realizando actividad física regularmente.
Síntomas del cáncer ginecológico
Como hemos dicho anteriormente es imprescindible conocer cuáles son los síntomas del cáncer ginecológico para poder detectarlo a tiempo y acudir a la consulta del ginecólogo para realizar un diagnóstico certero.
Entre los síntomas más frecuentes están los siguientes:
- Sangrado o secreción vaginal anormal
- Dificultad para comer o sentirse lleno muy rápido
- Dolor en la pelvis o en la zona baja de la espalda
- Necesidad de orinar con mayor frecuencia
- Estreñimiento
- Hinchazón
- Dolor abdominal
- Sensibilidad en la vulva o ardor
- Cambios en el color o en la piel de la vulva
- Cansancio injustificado
Diagnóstico del cáncer ginecológico en el embarazo
El cáncer de mama y de cuello uterino son los que se desarrollan con más frecuencia durante el embarazo. El manejo de estos cánceres durante la gestación requiere de especialistas con experiencia, como en Ginefem, que pauten el tratamiento oportuno y realicen un exhaustivo seguimiento para comprobar que no afecta al bebé.
En los últimos años, el avance en los tratamientos ha permitido igualar la tasa de supervivencia de las pacientes embarazadas frente a aquellas no embarazadas que también tienen este tipo de cáncer.
El tratamiento del cáncer ginecológico
Los cánceres ginecológicos se pueden tratar de diferentes formas, según el tipo de cáncer y la fase en la que se encuentre. Por ello, tenemos como opciones la quimioterapia, radioterapia o cirugía para extirpar el tejido canceroso.
Por lo general, todos estas opciones se suelen combinar para lograr mayor efectividad en la eliminación del cáncer.
El especialista será quien determine cuál es el tratamiento más adecuado para cada mujer, además de explicarle en detalle los riesgos, beneficios y posibles efectos secundarios que el tratamiento va a tener sobre su organismo.
Diferencia entre quimioterapia y radioterapia
Tanto la quimioterapia como la radioterapia son los tratamientos más habituales contra el cáncer y se pueden utilizar conjuntamente, pero tienen formas de actuar diferentes.
Por un lado, la quimioterapia tiene un objetivo claro: reducir el tamaño del tumor o eliminarlo totalmente. Esto lo consigue a través de la aplicación de medicamentos, ya sea oralmente o por vía intravenosa.
Por otro lado, la radioterapia consiste en utilizar radiación de alta intensidad para acabar con el cáncer, además de reducir los síntomas y ralentizar el desarrollo de la enfermedad. Para ello se aplican varios rayos concentrados sobre un punto concreto del organismo, que es donde está el tumor.