¿Cómo afrontar los riesgos del calor en el tercer trimestre del embarazo en verano?

21 Jul 2020

¿Cómo afrontar los riesgos del calor en el tercer trimestre del embarazo en verano?

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    El calor es un añadido a todas las molestias que padecen las mujeres en el último trimestre de embarazo. Vivir la recta final del embarazo en verano puede conllevar algunos riesgos derivados de las altas temperaturas, la exposición solar y la deshidratación como manchas en la piel, hipertermia y edemas. Por este motivo, las mujeres embarazadas deben tomar precauciones para garantizar su seguridad y la del feto.

    El calor hace que los vasos sanguíneos se contraigan con el objetivo de regular la temperatura corporal. Sin embargo, cuando el organismo no consigue refrigerarse de manera adecuada, aumentan las posibilidades de sufrir episodios de deshidratación o golpes de calor, lo que puede afectar al proceso de gestación.

    Durante el embarazo, es fundamental que el ginecólogo realice un seguimiento continuo y muy de cerca de la futura madre. En Ginefem ofrecemos una consulta especializada en el seguimiento de embarazo de riesgo.

    En este artículo vamos a explicar qué riesgos suponen las altas temperaturas para las mujeres embarazadas y cómo pueden evitarse siguiendo una serie de recomendaciones para tener un embarazo seguro en verano.

     

    Riesgos para las embarazadas en verano

     

    1. Hipertermia

    La temperatura del cuerpo durante el embarazo aumenta de manera natural, y con ello la sensación de sopor y cansancio. El calor excesivo puede conducir a una hipertermia, es decir, un incremento de la temperatura corporal por encima de 37,5ºC. Como consecuencia, la mujer embarazada puede llegar a sufrir taquicardia, deshidratación, fallo circulatorio por falta de riego sanguíneo en órganos vitales o incluso un golpe de calor.

    En el caso de sufrir una hipertermia, no solo se pone en juego la salud de la mujer, sino que aumenta el riesgo de sufrir un aborto espontáneo. Además, un excesivo calor puede suponer riesgos para el feto. Durante el primer trimestre de gestación, el calor extremo podría causar defectos de nacimiento como la espina bífida.

     

    2. Deshidratación

    La deshidratación es un riesgo importante durante el embarazo, porque una deficiencia en torno al 2 y 3% en los niveles de agua del cuerpo – llamado desequilibrio electrolítico – puede ocasionar un incremento importante en la densidad de plasma sanguíneo.

    Durante la gestación, la deshidratación se asocia a mayores riesgos de padecer trombosis venosa, infecciones urinarias, reducción en los niveles de líquido amniótico y estreñimiento, e incluso puede provocar que el músculo uterino se contraiga antes de lo debido originando un parto prematuro.

    Entre los principales síntomas de la deshidratación o golpe de calor se encuentran la sensación de fatiga o agotamiento, hinchazón y calambres en las extremidades, además de taquicardias o palpitaciones debido al descenso de la presión arterial. Puede provocar también cefaleas, visión borrosa o estrés térmico, llegando a causar daños en el embarazo. Ante la presencia de estos síntomas es fundamental acudir a urgencias para que los especialistas valoren el estado de salud de la madre y el bebé.

    El problema de la deshidratación se puede agravar en el caso de las mujeres que padecen náuseas y vómitos intensos y persistentes durante todo el embarazo, lo que se denomina  hiperémesis gravídica, lo que puede llevar a la pérdida de peso de más del 5% del peso corporal.

     

    3. Melasmas

    Las mujeres embarazadas son más propensas a la aparición de manchas en la piel debido a factores hormonales que hacen que la melanina que pigmenta la piel esté más activa. Sin embargo, también es fundamental exponerse al sol, porque lo necesitan para sintetizar la vitamina D, pero siempre con precaución.

    Durante el periodo de gestación, uno de los mayores riesgos de tomar el sol es la aparición de melasmas, los cuales afectan hasta el 50% de las mujeres embarazadas, y que podrían mantenerse después del parto. Los melasmas, también llamados cloasmas “máscara del embarazo”, son manchas de color marrón claro o intenso que aparecen en las zonas expuestas al sol, sobre todo en la cara.

    Estas manchas en piel son causadas por la hiperpigmentación, la cual es el resultado de una distribución diferente de la melanina (pigmento que nos protege de los rayos solares) y de los melanocitos (células que producen la melanina).

     

    4. Edemas

    Las mujeres embarazadas deben evitar los edemas, los cuales se suelen acentúan en los meses de veranoCon las temperaturas altas, la retención de líquido aumenta. Los edemas consisten en una hinchazón de tobillos y piernas que suelen aparecer al final del embarazo.

    Tener edemas ligeros está dentro de lo normal, pero si estos fueran más graves y apareciesen de forma brusca y en otras zonas del cuerpo, como por ejemplo la cara, es necesario consultarlo con el médico.

     

    5. Infecciones en la fase final del embarazo

    En el periodo de las últimas cuatro semanas de embarazo, la mujer pierde el tapón mucoso porque el cuello del útero comienza a dilatarse, lo que es un signo de la inminencia del parto. El tapón mucoso es el encargado de cerrar el cuello uterino y las membranas, lo que representa una protección para el bebé.

    Los especialistas desaconsejan practicar natación cuando ya se haya expulsado el tapón mucoso con el fin de evitar posibles infecciones. Debido a que muchas mujeres no advierten cuando se produce la expulsión del tapón mucoso, hay que evitar los baños en piscinas y en el mar en la recta final del embarazo.

    En los casos de embarazos con complicaciones, aún es más importante un seguimiento cercano y continuo del ginecólogo. En Ginefem ofrecemos una consulta especializada en el seguimiento de embarazo de riesgo.

     

    Recomendaciones para evitar los riesgos del calor en el embarazo 

     

    1. Buena hidratación y dieta adecuada

    Para evitar la deshidratación durante los meses de verano, es fundamental que las embarazadas beban suficiente líquido, porque el agua permite mantener regulada la temperatura corporal y evitar así un golpe de calor. Un signo de estar bien hidratada es tener una orina de color claro y no amarillo oscuro.

    Además, es importante mantener una dieta adecuada, evitando las comidas pesadas, así como carnes y pescados crudos, mayonesa y embutidos artesanales con el fin de evitar el riesgo de contraer infecciones gastrointestinales.

    Una buena hidratación resulta fundamental para favorecer el transporte de nutrientes por el sistema circulatorio hasta el bebé y eliminar toxinas a través de la orina. Según el Observatorio de Hidratación y Salud, deben ingerir alrededor de 3 litros de agua por día, incluida el agua de los alimentos, para poder asegurar un correcto estado de hidratación en la madre y en el bebé.

    Consumo de alimentos recomendados

    • Agua, zumos y refrescos
    • Lácteos, frutas y verduras, porque aportan nutrientes (vitaminas y minerales) y ayuda a reforzar la defensa del organismo contra las altas temperaturas
    • Comidas livianas: alimentos bajos en grasa y con buen aporte de proteínas

     

    2. Evitar los baños muy calientes

    Para combatir la hipertermia, es importante evitar los baños muy calientes, los jacuzzis, las saunas y las termas. En este último caso, solo estaría recomendado el uso de piscinas normales con temperaturas tibias que no superen los 28 grados.

     

    3. Usar ropa ligera y transpirable

    4. Ejercicio físico moderado para mejorar la circulación

    Para evitar los edemas propios del embarazo es importante mantenerse activo, porque cuanto mayor sea el sedentarismo, más alta será la probabilidad de tener edemas.

    • Hacer ejercicio ligero y moderado por la mañana o cuando caiga el sol.
    • Se recomienda, sobre todo, nadar, porque es un deporte de bajo impacto que favorece la vasoconstricción y mejora el estado físico sin riesgo de lesiones.
    • Realizar ejercicios de rotación con los tobillos para mejorar la circulación

     

    Entre los beneficios de la natación para las embarazadas están los siguientes: 

    • Hacer ejercicio dentro del agua alivia la tensión de la zona lumbar, castigada por el peso de la tripa en el embarazo, porque dentro del agua pesamos menos.
    • El masaje del agua sobre el cuerpo activa la circulación sanguínea y relaja los músculos.
    • El ejercicio en el agua alivia también la tensión sobre la zona de la pelvis, lo que significa que reduce el impacto de la ciática y de las hemorroides.

    Otras recomendaciones para mejorar la circulación y la eliminación de líquidos 

    • Ponerse una toalla fría sobre los pies.
    • Sentarse con las piernas en alto para mejorar la circulación.
    • Darse duchas de agua fría, alternando con agua templada, contribuirá a mejorar la retención de líquidos.
    • Hidratarse adecuadamente ayuda a reducir la hinchazón porque de esta forma se pueden eliminar toxinas.
    • Evita estar mucho tiempo de pie quieta.
    • Darse masajes de drenaje linfático para ayudar a drenar el líquido retenido en las extremidades.
    • Tomar alimentos diuréticos como piña, alcachofa, apio, cítricos, perejil, etc.

     

    5.Protegerse del sol

    Durante el verano, la mejor forma de evitar las manchas, o al menos reducir su cantidad e intensidad, consiste en evitar la exposición directa al sol y protegerse del sol. Para ello, te damos las siguientes recomendaciones:

    • Llevar gorra o sombrero para protegerse el rostro.
    • Llevar sombrilla a la playa.
    • Utilizar cada día cremas protectoras con factor elevado que protejan a la embarazada de los rayos UVB y UVA. Sobre todo, hay que aplicarse la crema solar en la cara y parte superior del pecho, donde suelen aparecer más manchas.
    • Evitar el sol en las horas centrales del día, cuando la radiación es mayor (12-16h).
    • Toma el sol con moderación en intervalos cortos.
    • Ponerse protector solar capilar para hidratar y reparar el pelo.

    Si vas a tomar el sol en la tripa hay que tener en cuenta que la piel de esta zona está muy distendida, lo que hace que se queme más fácilmente. A esto se suma que la hiperpigmentación desencadenada por las hormonas se traduce en un oscurecimiento de la línea alba. Por todo ello, si quieres exponer tu tripa al sol, debes usar un factor de protección pantalla total y seguir las recomendaciones señaladas arriba.

    Asimismo, es preferible no hacer topless durante el embarazo porque la piel del pecho está mucho más sensible y vulnerable en la gestación.

    El último trimestre de gestación requiere de todas estas precauciones especiales, más aún cuando se vive la recta final del embarazo en verano.

     

    Durante el embarazo, es muy importante un seguimiento continuo y muy de cerca por parte del ginecólogo. En Ginefem estamos especializados en ginecología y obstetriciay ofrecemos una consulta especializada en el seguimiento de embarazo de riesgo. Si quieres pedir cita con nosotros, puedes llamar al 922.241.598.

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