La citología cervical es una de las pruebas ginecológicas principales en la prevención del cáncer de cérvix, ya que permite detectar anomalías en el cuello del útero de forma temprana y, de esta forma, diagnosticar precozmente este tipo de cáncer en las fases iniciales.
Esta prueba se realiza durante la revisión ginecológica, por lo cual es fundamental el papel de estas revisiones periódicas para prevenir el desarrollo del cáncer de cuello uterino y disminuir su incidencia. En ocasiones, el cáncer de cérvix pasa un largo tiempo sin dar síntomas y solo es detectable a través de citologías.
El cáncer de cérvix en España
El cáncer de cérvix es uno de los más frecuentes en la mujer. Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en España se diagnostican unos 2.100 casos anuales de cáncer de cérvix, lo que representa el 3,3% de los tumores femeninos, por detrás de los tumores de mama, colorrectales, estómago, cuerpo de útero, ovario y hematológicos.
La edad media de diagnóstico es de 48 años, aunque aproximadamente el 47% de las mujeres con carcinoma invasivo de cérvix se diagnostica antes de los 35 años. Solo el 10% de los diagnósticos se hace en mujeres mayores de 65 años. Aunque es un tumor propio de las edades medias de la vida, hay un número significativo de casos desde los 30 años.
El cáncer de cérvix causa entre 700 y 800 muertes al año en nuestro país, lo que viene a significar un promedio mínimo de 2 muertes diarias.
¿En qué consiste la citología cervical?
La citología cervical o prueba de Papanicolau consiste en raspar suavemente la superficie del cérvix para recoger células de la vagina y del cuello del útero que posteriormente serán analizadas para comprobar si hay lesiones premalignas o malignas.
Para la realización de esta prueba, la paciente debe tumbarse encima de la camilla de la consulta, desnuda de la cintura para abajo y con las piernas abiertas. El especialista visualiza el interior de la vagina a través del espéculo que coloca a la entrada de la misma. A continuación, se toma una muestra del flujo vaginal para la citología, tal y como explicamos antes, y se explora el aparato genital interno introduciendo uno o dos dedos en el fondo de la vagina y palpando a la vez la superficie del bajo vientre con la otra mano.
¿Cuándo se recomienda realizar la citología?
Los ginecólogos recomiendan realizar esta prueba desde el comienzo de las relaciones sexuales y a partir de entonces repetir cada tres años, aunque no se presenten síntomas anómalos de ningún tipo. Sin embargo, el especialista será quien determine la frecuencia de repetición de esta prueba en función de las características de cada paciente.
¿Qué se hace si la citología muestra alguna anomalía?
En caso de que la citología muestre un resultado dudoso o se observan lesiones precancerosas o cancerosas, el especialista puede solicitar pruebas complementarias como la prueba de determinación del Virus del Papiloma Humano (VPH) y la colposcopia.
La prueba de determinación del VPH se puede hacer al mismo tiempo que la citología, ya que la muestra se obtiene de la misma forma. Con la realización de esta prueba, recomendada a mujeres a partir de los 30 años, se puede comprobar si la paciente tiene este virus y determinar qué subtipo del VPH ha contraído.
La combinación de la citología y la prueba de determinación del VPH permite obtener un diagnóstico temprano de lesiones cancerosas o precancerosas ocasionadas por el Virus del Papiloma Humano (VPH).
La colposcopia es el segundo paso, tras la citología, para detectar de forma temprana el cáncer de cuello uterino. Se debe realizar ante la sospecha de patologías cervicales tras realizar una revisión ginecológica cuando la paciente presenta infección, inflamación cervical, displasia o pólipos.
En la colposcopia se utiliza un sistema óptico binocular para observar el cuello del útero de forma ampliada y así detectar el punto exacto en el que se encuentran las lesiones precancerosas o cancerosas. En caso de observar algo anómalo, se procede a realizar una biopsia del tejido y a enviarla al laboratorio para ser analizada.
Tratamiento de las células premalignas en el cuello del útero
En ocasiones, las células anómalas que aparecen en el cuello del útero pueden sanar por sí mismas y tan sólo sería necesario repetir la citología vaginal pasado un tiempo. En otros casos, el ginecólogo puede optar por alguno de los diferentes tratamientos que existen para eliminar esas células premalignas y prevenir el cáncer de cérvix:
- Crioterapia: eliminación de las células anormales mediante congelación
- Tratamiento láser
- Biopsia cónica: consiste en cortar una parte del tejido del cuello del útero en forma de cono
En cualquier caso, durante el tratamiento y al finalizarlo será necesario acudir con cierta frecuencia para realizar citologías y comprobar cómo se van eliminando dichas células.
Prevención del cáncer de cérvix con la vacuna del VPH
El contagio de determinados tipos de VPH se puede prevenir mediante la vacunación, que es muy eficaz si se administran en edades tempranas y antes de haber comenzado las relaciones sexuales.
Los especialistas recomiendan la vacuna del VPH en los siguientes casos:
- Niños y niñas de entre 11 y 14 años
- Hombres hasta los 21 años y en mujeres hasta los 26 años que no han sido vacunados en edades más tempranas
- Mujeres que presentan anomalías en la citología o todas aquellas que no mantienen una relación estable
La importancia de la revisión ginecológica para prevenir el cáncer de cérvix
La revisión ginecológica anual tiene un papel vital en la prevención de patologías de enfermedades ginecológicas que se pueden detectar de forma precoz tales como el cáncer de cuello de útero, entre otros tipos de cáncer.
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, el 26% de las mujeres no ha acudido nunca a una revisión o no lo hace con la regularidad necesaria. Además, apuntan que el 80% de los cánceres de cuello de útero que se diagnostican son en pacientes que nunca se han realizado una citología.
Los especialistas recomiendan realizar la revisión ginecológica, como mínimo, cada año, para, de esta forma, disminuir la mortalidad de los cánceres ginecológicos. Aunque no haya síntomas de ninguna patología ni signos que indiquen un problema de salud ginecológica, se debe realizar la revisión ginecológica anual para prevenir posibles enfermedades futuras.
La revisión ginecológica anual en Ginefem incluye, además de la consulta, la citología cervical, la ecografía transvaginal y un examen de mamas. En caso de que el ginecólogo observe alguna anomalía o pueda tener dudas sobre el diagnóstico, se realizan pruebas complementarias.
En nuestra clínica realizamos las pruebas necesarias para la detección y seguimiento del cáncer de cérvix como son la citología o prueba de Papanicolau, la prueba de determinación del VPH, la colposcopia y las cirugías ambulatorias correspondientes en cada caso.
Si tienes pendiente la revisión ginecológica de este año o presentas síntomas anómalos, no esperes más y pide cita en Ginefem llamando al 922.241.598 o a través del formulario web.